El folclore argentino y latinoamericano son los principales ritmos del repertorio del grupo Runamay, que hoy a las 21.30 en La Sodería (Juan Posse 1.141) dará un recital con el que celebra el reencuentro de sus integrantes con el público. Como artistas invitados estarán Las Subversas, Adrián Medina, Ana García Saleme y Eugenio Vallve.
Runamay (significa “humanidad naciente” en quichua) está formado por Natalia Medici y Valentina García Salemi, en voces, Ingrid Danielsen en guitarra, Catalina Lammoglia en vientos, y la percusionista Rossana Medina. La producción general es de María José Stefani.
El conjunto nació en la Escuela Sarmiento, formado por alumnas de las promociones 1994 y 1996. Comenzaron sólo con una guitarra, que pudieron adquirir haciendo recitales para pagarla en cuotas. Tuvieron cinco o seis años de trayectoria, actuando en el Festival de la Pachamama, en eventos sociales y estudiantiles. Luego cada una siguió su camino, algunas en la música y otras no. Esa guitarra que compraron con tanto esfuerzo las volvió a reunir muchos años más tarde, cuando decidieron entregársela a una de las integrantes, que vivía en Mendoza. En ese trance se juntaron, un Día del Amigo, y descubrieron -cuando volvieron a cantar- que seguían vivas como grupo. Allí se propusieron compartirlo con los fans que tuvieron en los 90 y que todavía preguntaban por su regreso. Ahora se reencuentran en un escenario, aunque sin la percusionista original (Natalia Lipovetzky) pero con esa misma guitarra que es como el talismán que las une.
“Sonamos exactamente igual. Tenemos un repertorio muy amplio, unas 30 canciones: folclore argentino, latinoamericano, y algo de rock nacional -comentó Lammoglia-. En los 90 éramos muy jóvenes, ninguna tenía 20 años, y se nos hizo difícil porque el ambiente del folclore era muy masculino en esa época. Todavía no hablábamos de feminismo, pero teníamos el convencimiento de que la mujer podía ocupar esos espacios e interpretar un género que no es para nada ‘suavizado’ por la feminidad sino que tiene mucha fuerza. No buscamos un sonido ‘femenino’, sino hacerlo de igual a igual con la muchachada que andaba cantando en los años 90”.
Hoy, con más de 40 años cada una, recuerdan asombradas el coraje que tenían para salir a actuar y a defenderse solas. “Sin quererlo, ayudábamos a abrir camino para todo este movimiento que se está desarrollando ahora con tanta fuerza -agregó la folclorista-. Otra de las cuestiones que se debe resaltar es que tenemos militancia en derechos humanos. Siempre participamos en los eventos del 24 de marzo. No solamente por la escuela, que sostiene mucho ese aspecto de la educación, sino que cada una se fue formando también individualmente y teniendo su militancia”.
El repertorio es variado pero todos los temas tienen como rasgo común que incluyen arreglos musicales con instrumentos de viento andinos, la guitarra y la percusión. “Es un grupo tradicional pero de mujeres. La esencia de nuestro sonido se mantuvo a lo largo de todo este tiempo. Cada vez que nos juntamos sentimos que disfrutamos la música por igual, nos respetamos y nos queremos. Todo se comparte, sin divismos ni estrellatos”, remarcó Lammoglia, que es cantautora. También la guitarrista Danielsen continuó la actividad con un grupo que tuvo en Mendoza. En cambio, Medici y García Salemi se dedicaron a diferentes profesiones: una es médica y la otra abogada, aunque siguieron cantando de manera ocasional.
El recital en La Sodería iba a ser, en principio, solamente un reencuentro de amigos. Pero al ver el interés de mucha gente en participar, lo abrieron al público. La venta de entradas es limitada por la capacidad del lugar.